Para conocer más de la historia del Biobanco, entrevistamos a Alicia Colombo Flores, Directora Científica del Biobanco de Tejido y Fluido de la Universidad de Chile. Se desempeña además como profesora asociada del Departamento de Anatomía Patológica y del Departamento de Oncología Básico-Clínica de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile y Directora del Laboratorio de Diagnóstico Molecular del Cáncer del servicio de Anatomía Patológica del Hospital Clínico.
Directora, buenos días. Para introducir su trayectoria en Biobanco, ¿podría hablarnos un poco de sus inicios? ¿Cuándo llegó ahí?
Claro. En primer lugar, hay que mencionar que el Biobanco fue creado a fines del 2012 por una necesidad de investigadores de la Facultad de Medicina y del Hospital Clínico de la Universidad de Chile. Yo llegué en el último trimestre del 2014, siendo nombrada Directora Científica durante el 2015.
¿Qué roles desempeña como directora?
Estoy a cargo de elaborar el plan de desarrollo y de sustentabilidad del biobanco. Me encargo de supervisar al personal, definir roles y monitorear las actividades que se hacen dentro de la unidad. Estoy a cargo de definir las políticas de gestión de calidad y de funcionamiento, además de ser el nexo y abordar todas las necesidades de los investigadores usuarios. También, sí participamos en un proyecto, soy la persona que está a cargo apoyar en la postulación y luego de ejecutar el proyecto, en conjunto con el equipo del Biobanco.
Y respecto a cambios o avances desde su llegada, ¿qué nos podría contar?
Cuando llegué, Biobanco era una unidad mucho más pequeña de lo que se ve actualmente. Tenía dos personas trabajando y pocos proyectos asociados. Cuando asumí como directora, generé un plan estratégico de desarrollo y levanté todos los procedimientos operativos estándar para que el Biobanco funcionara de acuerdo a gestión de calidad. En el 2015, el Biobanco empezó a tener alianzas con proyectos internacionales, a generar colecciones estratégicas para poder proveer de muestra y datos a la comunidad científica, tanto de la facultad como del hospital, así como fuera de nuestra institución.
¿Y en términos de proyecciones hacia qué apuntan?
Dentro del plan de desarrollo, tenemos un modelo que queremos seguir cumpliendo. En primer lugar, tuvimos que concentrarnos en almacenar una cantidad suficiente de muestras y datos de diversas patologías, para poder satisfacer las necesidades de los usuarios investigadores. Y luego, fruto de nuestro trabajo, la Facultad de Medicina aprobó la contratación de nuevo personal, consolidándose aún más el Biobanco, transformándonos en una unidad establecida dentro de la institución.
Ahora, con esos logros alcanzados, queremos mantener un estándar de alta calidad y apuntar a la transformación de un Biobanco de alta complejidad, que ojalá tenga acoplada una plataforma de secuenciación de próxima generación e iniciar el análisis de nuestro banco de datos para de esta forma poner a disposición de la investigación biomédica colecciones altamente enriquecidas. Junto con ello, estamos liderando en conjunto con el Biobanco de la Pontificia Universidad Católica de Chile la iniciativa de una Red Nacional de Biobancos.